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Jaulas de

Bateria:

La cruda realidad de las gallinas ponedoras de huevo

Aproximadamente, el 60% de la producción mundial de huevos se encuentra asociada a uno de los sistemas de confinamiento más crueles en contra de los animales. Se trata de las jaulas de batería, una de las modalidades de ganadería intensiva que fue implementada en los años 30 y con la cual, las industrias reducen los costos de producción a través del hacinamiento de una mayor densidad de gallinas.

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Estas aves cuentan con un sistema nervioso complejo, pueden sentir dolor, así como tienen habilidades cognitivas y sensoriales variadas. Sus comportamientos y necesidades vitales incluyen picotear, anidar, extender sus alas y posarse; en condiciones de libertad suelen crear sus propios nidos, pueden realizar largos trayectos e incluso vuelos cortos. Son exploradoras innatas, que además forman relaciones sociales jerárquicas entre sí. En promedio, la expectativa de vida de una gallina alcanza los 12 años, sin embargo, dentro del sistema de jaulas de batería, sus vidas se reducen a apenas 2 años.

 

Confinamiento extremo

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A pocas semanas de edad (usualmente entre 12 y 16), las aves son puestas en jaulas. El espacio disponible para cada una de ellas no supera el tamaño de una hoja A4 u hoja oficio; las gallinas conviven en grupos de 5 a 10, lo que implica un gran hacinamiento. Los estudios de comportamiento han demostrado que estas condiciones hacen imposible el movimiento, impidiendo que extiendan las alas, se acicalen o caminen. Las gallinas ponedoras de huevo jamás tienen oportunidad de salir, recibir el sol o cambiar de ambiente.

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Los científicos de bienestar animal han criticado ampliamente este sistema, las restricciones generan un profundo sufrimiento, además de generar comportamientos violentos derivados del estrés y la frustración. El contacto constante con las rejas y el metal, provoca la pérdida de las plumas y la falta de movimiento antecede el desarrollo de enfermedades dolorosas como la osteoporosis.

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Políticas y seguridad alimentaria

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Los cuestionamientos éticos y sanitarios han conseguido que este sistema sea regulado por prohibición o reducción en países de la Unión Europea, Nueva Zelanda, Canadá y siete estados americanos que han descontinuado o detendrán a futuro el uso de las jaulas de batería convencionales. Esto obedece a la probabilidad de infección, dado que por las condiciones de insalubridad, los huevos provenientes de este sistema presentan un mayor porcentaje de salmonela, una enfermedad que afecta gravemente a los seres humanos.

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Adicionalmente, marcas nacionales e internacionales han decidido optar por un sistema libre de jaulas. Esta lista incluye a gigantes como: Nestlé, Mondelez International, Unilever, Kraft Heinz, Burger King y McDonald’s; en Colombia, cerca de 30 empresas han implementado este compromiso de política entre las cuales destacan: Colombina, Crepes & Waffles, Pan, pa ya, Juan Valdéz y OMA.

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Alternativas con mayor bienestar

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Los sistemas libres de jaulas representan una mejora significativa en las condiciones de vida de las gallinas. Los animales tienen la oportunidad de moverse, realizar sus comportamientos naturales, además de contar con perchas, cajas nido y material de cama. La densidad es más controlada, lo que reduce el índice de enfermedades y previene comportamientos violentos. Entre las opciones viables se encuentran los sistemas de un piso, los aviarios y los ecológicos; sin embargo, la mejor acción frente a esta problemática es mantener una dieta a base de plantas, con la cual se garantiza la eliminación de toda forma de explotación y crueldad.

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